Relieve del territorio uruguayo
Relieve:
caracterización y evolución
Las formas actuales de relieve —y sus respectivas
alturas— reflejan una fase de la compleja evolución de la corteza terrestre que
se debe medir en miles y hasta millones de años.
Las formas, las rocas constitutivas y la
disposición del relieve en un territorio pueden representar potencialidades o
limitantes para su ocupación y aprovechamiento por una sociedad dada. La
topografía baja y ondulada dominante del territorio uruguayo facilita las
comunicaciones, las actividades productivas y la realización de obras de
infraestructura.
Se denomina relieve a las irregularidades
que presenta una superficie topográfica. Comprende tanto las salientes como las
depresiones del terreno. El espacio uruguayo se caracteriza por el predominio
de formas bajas de relieve, esto es, planicies, lomadas y colinas, de una
altura media de 116,7 m. La altura máxima alcanza los 513,6 m en el cerro
Catedral, en la sierra de Carapé, al
norte del departamento de Maldonado.
La mayor superficie del espacio uruguayo está
constituida por terrenos antiguos consolidados hace más de 60 millones de años.
La topografía, baja y ondulada, ha facilitado no solo las prácticas
agropecuarias sino también el tránsito a lo largo y ancho del territorio, sin
mayores dificultades. El relieve uruguayo —dada su altura— tampoco configura un
obstáculo para la circulación de las masas de aire que afectan el territorio,
lo que da lugar a una modalidad climática bastante uniforme en todo el país.
En Uruguay podemos encontrar las siguientes formas de
relieve:
Serranías:
Son grupos de cerros alineados y unidos en sus bases. En los departamentos de
Maldonado, Lavalleja, Rocha Treinta y Tres y Cerro Largo aparecen cerros de
formas redondeadas o crestadas.
En Rivera y Tacuarembó la erosión ha separado del manto basáltico algunos cerros, provocando el surgimiento de alineaciones de cerros chatos.
Cuchillas: Son formas redondeadas de amplia base y escasa altura que se encuentran entre dos ríos o arroyos. Dos grandes conjuntos de cuchillas dividen el territorio en dos: al Norte del Río Negro, se extiende la CUCHILLA DE HAEDO y la CUCHILLA DE SANTA ANA, con alturas que no sobrepasan los 450 metros.
Al Sur del Río Negro, se encuentra la CUCHILLA GRANDE, donde se encuentra el Cerro Catedral, el punto más alto de nuestro país, con 514 metros de altitud
Cerros: Son elevaciones que sobresalen en el paisaje, más bajos que las montañas. Algunos de nuestros principales cerros son el Catedral, el de Montevideo, el cerro Arequita y el cerro Pan de Azúcar.
En Rivera y Tacuarembó la erosión ha separado del manto basáltico algunos cerros, provocando el surgimiento de alineaciones de cerros chatos.
Cuchillas: Son formas redondeadas de amplia base y escasa altura que se encuentran entre dos ríos o arroyos. Dos grandes conjuntos de cuchillas dividen el territorio en dos: al Norte del Río Negro, se extiende la CUCHILLA DE HAEDO y la CUCHILLA DE SANTA ANA, con alturas que no sobrepasan los 450 metros.
Al Sur del Río Negro, se encuentra la CUCHILLA GRANDE, donde se encuentra el Cerro Catedral, el punto más alto de nuestro país, con 514 metros de altitud
Cerros: Son elevaciones que sobresalen en el paisaje, más bajos que las montañas. Algunos de nuestros principales cerros son el Catedral, el de Montevideo, el cerro Arequita y el cerro Pan de Azúcar.
Las
penillanuras: Son formas de relieve suavemente ondulado, restos
de antiguas cordilleras desgastadas por la erosión a lo largo de millones de
años. Se extiende por la mayor parte del país.
Las llanuras: Se trata de formas casi aplanadas, con pocos desniveles, producto de la acumulación de sedimentos aportados por los río.
Las llanuras: Se trata de formas casi aplanadas, con pocos desniveles, producto de la acumulación de sedimentos aportados por los río.
Cerros redondeados al sur y
cerros chatos al norte.
Las sucesivas coladas de lavas sobre rocas de
distinto grado de resistencia a los procesos erosivos han determinado paisajes
claramente diferentes al norte y sur del país, los cerros chatos
del norte que se han formado por materiales arenosos o de areniscas, mientras al sur las rocas
igneas y metamórficas claramente generaron cerros más redondeados.
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Cerro Batoví, Tacuarembó: